BIBLIOTECA DEL CÓMIC
Para los más aficionados a la lectura, para los menos, para los que vais a la biblio del instituto en algunas horas de clase, para los que no vais nunca, para los profesores, para los alumnos, para todos los que pisamos este instituto… os presentamos hoy en “Siberia Express” este artículo sobre algunos de los libros más solicitados por los alumnos de la E.S.O.: LOS CÓMICS. ¿Cómo y cuándo nacieron los cómics? ¿Queréis conocer algo más sobre los Simpson, Astérix, Tintín o Mortadelo y Filemón? Todo esto lo encontraréis en esta introducción al cómic que el profesor Santiago Redondo, un gran fan de los tebeos, ha escrito para vosotros. En próximos números de “Siberia Express” nos hablará del manga, los superhéroes y los cómics para adultos.
El cómic es un arte mayor que siempre ha sido visto con cierto desprecio. Curiosamente, siendo una modalidad narrativa que surgió de las caricaturas políticas y con las tiras de humor para adultos de los periódicos, ha pasado sin embargo, a la consideración general como una cosa de críos. No faltan razones para ello. Desde que se independizara del periódico a un formato autónomo (el “comic-book”, o revista de cómic, aquí llamada tebeo por la asimilación con la revista TBO), ha sido, en general, un vehículo de narraciones infantiles y juveniles, con frecuencia producidas en serie, con mal papel y muy barato, aunque con un una elevada calidad media en su ejecución. En un mundo sin internet ni playstation, el cómic era el cine de los niños pobres, una ventana a la imaginación, la risa y a universos inexplorados. Además se creía que era un buen medio de iniciación a la lectura, un primer paso para llegar al libro. Desde luego, si lo que se quiere es crear amor por la lectura, el cómic es una buena herramienta, ya sea por sus temáticas habituales, ya por la facilidad de lectura que aportan las imágenes. Sin embargo en nuestra sociedad mediática, la imagen fija del cómic lo tiene difícil frente a las potentes imágenes animadas del cine y los videojuegos. Pero tiene otras armas más sutiles: La expresividad del dibujo y la utilización narrativa de las viñetas, que pueden producir los más altos efectos estéticos.
Voy a recomendar aquí una serie de cómics de la biblioteca del instituto, que pueden ser leídos por niños, jóvenes y adultos, (algunos son para todos los públicos).
Los cómics favoritos de los alumnos (sobre todo de los chicos) son los de Los Simpson. Seguramente será por la serie de TV, pero el humor corrosivo, salvaje, casi surrealista está también presente en los cómics ( no hay que olvidar que su creador Matt Groenning fue primero autor de cómics antes que animador). Obsérvese el extraño dibujo de Los Simpson, a la vez abstracto y expresionista, (las personas están casi dibujadas como monstruos, los colores chillones y los dibujos simples ayudan a crear un sentimiento de distancia y extrañamiento), constituye un perfecto medio para transmitir un humor negro y algo bestia. Tal vez los jóvenes no entienden completamente el humor inteligente de Los Simpson, pero sí que captan su vena subversiva y gamberra.
Otro de los cómics favoritos es Astérix, las aventuras humorísticas de unos galos que resisten a los invasores romanos, dibujadas por Uderzo, que hace dibujos muy ricos en detalles y a la vez graciosamente caricaturescos. Pero su mejor rasgo son los guiones de Goscinny, que a la vez que nos deleita con la más fina comedia, nos deja caer ,casi sin que nos demos cuenta cuestiones profundas, como la sátira del capitalismo y el mercado (El Caldero, Obélix y cía) la civilización moderna (la Residencia de los dioses), los cotilleos, la mala leche y la superstición de la vida rural (La Cizaña, el Adivino) la crítica al militarismo (Asterix legionario, los Godos, los Normandos), los tópicos de cada país (en Helvecia, en Hispania, en Britania,) todo ello aderezado con un mensaje ecologista y de resistencia frente a la injusticia. Y nos lo dice haciéndonos reír a carcajadas.
El clásico entre los clásicos es Tintín, el cómic más leído y vendido de la historia desde hace 70 años y que puede ser disfrutado por la franja de edad de 7 a 77 años, como dice su portada. En él se narran las aventuras, con un toque de comedia, de un joven reportero belga y sus tronchantes amigos (incluido un perro parlanchín y contestón). Su dibujo es muy caricaturesco, sencillo, de línea clara y a la vez muy detallado y tridimensional, lo que nos produce la extraña sensación de pasar a un mundo mágico, que parece real e imaginario al mismo tiempo. Su creador, Hergé, estaba muy influido por las vanguardias artísticas de su tiempo, sobre todo en el dibujo, de apariencia ingenua y fácil y en la utilización del color. Sus obras son un prodigio narrativo que han influido durante décadas en otros dibujantes. Destacan las divertidas comedias del Cangrejo de las pinzas de oro y En el país del oro negro, verdaderos festivales de chistes del capitán Haddock, el borrachín que ha inventado los mejores insultos del mundo. También las vibrantes y mágicas aventuras del Viaje a la luna y el Templo del sol, y sobre todo Tintin en el Tibet, un hermoso canto a la amistad y a la pureza (que simboliza la nieve del Himalaya) realizado por el autor cuando se sentía lleno de remordimientos por haber sido infiel a su esposa. Por ultimo, en Las joyas de la Castafiore se hace un divertido análisis sobre los mecanismos de la narración, donde parece que va ocurrir de todo y no pasa nada, donde se engaña al lector entre constantes risas.
Por último vamos a hablar del favorito del público español que acaba de cumplir 50 años, Mortadelo y Filemón, esos espías ridículos que donde van provocan desastres. Ibáñez, su creador, es un dibujante detallista y dotado para la caricatura, con gran sentido del chiste visual, que prepara con mucho cuidado. El humor bestia y gamberro, de pura diversión gozosa, se ve salpicada por la sátira de costumbres del españolito medio y por la violencia feroz y subterránea que está dispuesta a estallar en la gente aparentemente normal. Aunque en los últimos años los álbumes de Mortadelo son cada vez más repetitivos, un mero pretexto para contar chistes malos, hay algunas obras brillantes, en las que el humor desternillante (con chistes visuales de verdadero genio) se insertaba en una historia más elaborada y redonda: El sulfato atómico, Valor y al toro, Magin el mago, La máquina del cambiazo, Olimpiadas 80 se nos vienen al recuerdo como obras que nos hicieron y nos hacen reir a carcajadas.
En la próxima entrega hablaré de los superhéroes, el manga y los cómics de temas más serios.
Santiago Redondo Santos, profesor de Historia