Acrópolis de Atenas
¡Hola! Hoy, en esta sección, nos vamos a acercar hasta Atenas, capital de Grecia y de muchos aspectos de nuestra sociedad actual (la democracia, el teatro, los planos de las ciudades… ¡son invenciones griegas!). Y en concreto, vamos a viajar a la maravillosa acrópolis de Atenas. Se trata de un terreno elevado, de una fortaleza natural en la que se ubicaban los edificios más importantes de los atenienses. Y fue asentamiento humano desde los remotos tiempos del neolítico.
Por un lado tenía función militar, pues era el lugar de defensa en periodos de guerra, por otro cumplía la función de albergar los edificios más importantes de la ciudad. Destaca en ella la forma con la que los arquitectos estudiaron el relieve. Supieron aprovechar el terreno a pesar de lo complicado que resultaba edificar cualquier edificio y además incluso se preocuparon por cuidar la multiplicidad de puntos de vista conforme se iba haciendo el recorrido por el santuario. Los principales edificios se hicieron durante la época histórica griega del siglo V a.C.
Antes de nada, es necesario decir que la cultura griega es una de las más importantes de la historia antigua que convive de forma coetánea con parte de la cultura egipcia de la que recibe numerosas influencias, sobre todo la arquitectura adintelada (es decir, que no usa arcos) que caracteriza a todas las construcciones griegas. En lo que se diferencia es en el colosalismo, pues los edificios, ciudades, esculturas… griegos son hechos a la medida humana, ya que para ellos el ser humano era el centro del universo. El sentido de religiosidad les llevó a construir numerosos templos donde rendir culto a sus numerosas deidades (Atenea, Apolo, Zeus…).
La distribución de los edificios de la acrópolis fue decidida por Mnemesicles. En el recorrido por la acrópolis en primer lugar se encontraba una rampa por donde ascendían los fieles y que llegaba a los Propíleos, puertas monumentales de entrada a la acrópolis, justo al lado de este; antes de penetrar en el recinto sagrado estaba construido el templo jónico de Atenea Niké que ya va creando el ambiente religioso.
Nada más pasar los Propíleos se podía contemplar la colosal estatua de Atenea Prómakos (Atenea Guerrera), estatua esculpida por Fidias que nos hacía entender que la acrópolis estaba dedicada a Atenea. Siguiendo con el recorrido se llegaba al Erecteion, es un templo de dos edificios construido así para salvar las dificultades del terreno, esto también nos puede recordar a los antiguos palacios cretenses, aquí se ve claramente parte de la influencia de Creta en el arte griego. El pórtico principal tenía cuatro columnas jónicas, las cuales se caracterizan por las volutas de su capitel, se edificó entorno al siglo V a.C. Se caracteriza especialmente porque aquí se encuentra el pórtico de las Cariátides, que simbolizan la esclavitud de las mujeres de la Caria. ¡También se puede contemplar el olivo que Atenea dio a la ciudad y el agujero que hizo el tridente de Neptuno cuando se le quitó la posesión de la misma!
Continuando el recorrido, ya nos encontramos de lleno con el templo principal, el Partenón, (dedicado a Atenea Párthenos, que en griego significa virgen), mandado construir por Pericles, gobernante de la ciudad (polis) en el siglo V a.C a ICTINOS Y CALÍCRATES. Es una de las obras cimeras de la arquitectura, no albergaba a los fieles por eso lo que realmente se estudia son los valores plásticos. Se observa una perfecta armonía ya que se busca la belleza ideal aunque para ello fue necesario romper las medidas matemáticas engrosando las columnas por el centro…
Y no hay que olvidar que en la falda de la colina de la acrópolis se ubicaron el odeón y el teatro de Dionisos, el primero del mundo. Los griegos fueron los primeros en inventar el teatro y después lo copiaron los romanos aunque con innovaciones en la estructura.
Para finalizar, la Acrópolis contiene los edificios más importantes que nos ha dado la cultura griega, entre ellos el Partenón, obra cimera de la arquitectura. A pesar de que ha pasado por numerosas vicisitudes, como terremotos, guerras, e incluso en la actualidad las vibraciones que produce el metro, aún podemos contemplar numerosos restos que quedan y que la UNESCO se encarga de proteger. Por eso la Acrópolis es un lugar que debemos visitar para ver e imaginarnos lo grandiosa que un día fue, y nuestra visita la podemos complementar con los interesantes museos que allí se encuentran.
Mª Nazareth Mansilla Moreno 2º Bach.A