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Entrevistas

¡Hola a todos! Hoy tenemos en exclusiva para nuestros lectores de la revista SIBERIA EXPRESS una primicia nunca vista en la historia del periodismo. Después de haber rastreado la noticia durante años, nuestros esfuerzos se han visto recompensados y nos complace publicar la entrevista mantenida con este conocido personaje.

Naturalmente mantenemos oculto su paradero (pues de otra manera peligran nuestras cabezas según él nos hizo saber al concedernos la entrevista).

Como ya se sabe en todo el mundo, los reporteros de la revista SIBERIA EXPRESS, jugándose el tipo en el periodismo de investigación, traen a estas páginas a Don Muhammad ibn Abd-Allah ibn Abú Amir... (en pocas palabras, alias Almanzor).

Llegamos a su paradisiaco lugar y lo encontramos entre blandos almohadones a la sombra de las palmeras, arrullado por el agua y abanicado por un buen grupo de hermosísimas odaliscas. Nos aproximamos a él, no sin cierto recelo:

-       Buenas tardes Don Almanzor.

-       Buenas en nombre de Alá, que Él guíe vuestros pasos.

-       Así sea (sobre todo los de vuelta). Muchas gracias.

-       Ustedes dirán, pero sean breves, ya saben en qué mes nos encontramos y el sol caerá pronto como ven.

-       Por supuesto, respetos Don Almanzor, sólo serán unas preguntas breves. Díganos, ¿qué le ha hecho mantener escondido durante tantos años?

-       Básicamente, la creación literaria. No sé si lo sabrán, pero desde siempre fue mi verdadera vocación la poesía y he estado organizando toda mi producción. Creo que ya estoy en condiciones de darle forma. Próximamente voy a editar un libro de versos que espero será un best seller en todas las librerías. Confío en que no hayan ustedes publicidad aunque, por supuesto, no la necesito, ja, ja, ja…

-       Por supuesto, por supuesto Don Almanzor. Si nos permite otra pregunta… ya sabemos que es un tema muy delicado pero, ¿qué fue lo que sucedió realmente? ¿qué le dice a usted la palabra Calatañazor?

-       Pues miren ustedes, a mí me dice que fue la coartada perfecta. Me hice el muerto, los cristianos se lo creyeron y desde entonces aquí me retiré y aquí vivo, tan ricamente como ven.

-       Ya, ya, pero, ¿qué le motivó a retirarse así de la vida pública?

-       Pues miren, yo ya estaba quemado como dicen ahora. Mi carrera fue prodigiosa, ustedes deben darse cuenta que llevar cargos tan importantes, a la larga cansa y sobre todo ser secretario de la favorita Sobeya de Califa. Era cansadísimo, porque el califa Alhaken III (que conmigo fue como un padre) se pasaba el día escribiéndole cartas a su favorita y claro como él no quería escribir y a mí las cartas de amor me salen preciosas, pues se podrán imaginar, ¡todo el día escribiendo!, mire mire, todavía tengo callos en la mano.

-       Uff, qué barbaridad Don Almanzor, no nos extraña que luego marchase usted a Marruecos, para despejarse, ¿no?

-       Sí, sí, la verdad es que ya estaba cansado y como necesitaba algo de “marcha” me propusieron ir a Marruecos a combatir a los idiosíes y acepté. La verdad es que no me arrepiento, me cargué a muchos, no se me daba mal, permítanme la inmodestia.

-       Nada, permitido Don Almanzor, ¿puede decirnos qué ha sido lo mejor de su ajetreada y larga vida?

-       Sin duda alguna, mi mejor recuerdo es de la época en que Hisem II me hizo visir. Eso fue lo mejor, porque goberné (no me importó reconocerlo) como un auténtico califa. ¡Qué tiempos aquellos! Lo que más me gustaba atizar a los cristianos, íbamos a Barcelona, Zaragoza. León, Colimbra, Santiago de Compostela… Era mucho trajín, pero se me daban muy bien los cristianos, y tan bien que yo mismo me tuve que llamar Almanzor, que es como llamarme victorioso porque donde ponía el ojo ponía la espada.

-       Y hablando de otro aspecto muy importante en su vida, ¿qué puede decirme de su esposa?

-       Miren, mi esposa, no diré nada de mi esposa, era una buena chica la verdad, aunque es cierto que antes de casarme con ella yo estaba algo mosqueado porque como saben, mi suegro Sancho II de Navarra me la entraba por los ojos, que si mi Blanquita borda como nadie, que si mi Blanquita guisa de chuparse los dedos y claro, tanto marketing mosquea… Yo pensaba que sería algún “loro” cuando me la quería endosar, pero no, Blanca era una mujer ¡de los pies a la cabeza! Lo que ocurre es que mi suegro, el hombre, quería que a cuenta del parentesco le dejasen en paz mis guerreros y no le tocásemos más las narices. Pero de esto me enteré más tarde…

-       ¿Podría decirnos cómo se enteró?

-       Pues sí, me lo dijo Bermudo II, que también tenía una hija y me la quería acoplar por la misma razón para que no entrásemos en león y le respetásemos la santa siesta… ya ven ustedes.

-       Vamos muchos trofeos en la vitrina de su biblioteca Don Almanzor.

-       Ah, son baratijas, pero tienen una gran carga sentimental, oiga, porque aunque me esté  feo el decirlo, gané muchas batallas.

-       Para ya, y cuáles son sus planes para el futuro, ¿piensa quedarse aquí mucho tiempo?

-       Pues será lo que Alá quiera, claro, pero yo pienso seguir mis estudios de medicina, voy a hacer la especialidad, el MIR, en fin, ya saben ustedes mi gran amor a las ciencias y a las letras. También debo ocuparme de la universidad que fundé hace muchos años.

-       Por cierto, ¿qué tal va ese proyecto?

-       Estupendamente, los profesores son listísimos y claro, eso se nota, pero qué quieren que les diga, yo no contrato a cualquiera, para mí, o en el currículum me aparece como un gran sabio o en mi universidad no pisa, así, como lo oye y claro, ha cogido un nivel que para qué les voy a contar más. Bueno, aquí se acabó la entrevista, ahora si me permiten voy a ponerme hacia la Meca. Buenas tardes.

-       Buenas tardes Don Almanzor, que usted disfrute de su oración, de la cena y mucha suerte con su libro. Hasta siempre.

Y ya nada más, les informaremos puntualmente como siempre. Es todo por hoy sobre este gran personaje histórico que hemos traído a las páginas de nuestra revista para todos ustedes en exclusiva.

 

* Nota: El libro de Don Almanzor se publicará en el próximo mes de febrero y lo podréis encontrar en cualquier librería. Compradlo por si acaso.

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